Bichara Khader, director del Centro de Estudios e Investigaciones sobre el Mundo Árabe Contemporán (CERMAC) de la Universidad de Lovaina, ha sido invitado por el Institut Europeu de la Mediterrània (Iemed) al debate La incidencia del Islam en Europa, junto a los también especialistas Jean-Pierre Filiu,Ricard Zapata, Olivier Roy y Ana Planet. Khader, palestino nacionalizado belga, es autor de más de una veintena de ensayos especializados. «Soy, sin falsa modestia, el autor más traducido sobre el mundo árabe», apunta.
-¡Leo que el islam es la segunda religión en Europa!
-Entre 20 y 25 millones de personas, entre autóctonos y extranjeros. Entre ellos, los 720.000 marroquís que viven en España. Sigue siendo una realidad minoritaria, el 3% de la población total europea, pero invita a tomar medidas para permitir vivir a los musulmanes su religión en estados laicos.
-La teoría está clara.
-Para muchos europeos representa un desafío. Hay una confusión permanente entre emigración y terrorismo, y persisten muchos prejuicios sobre la imposibilidad de los musulmanes de integrarse en un proyecto europeo heterogéneo, moderno y laico.
-¿La expulsión de los gitanos rumanos de Francia cierra una puerta?
-Es otra minoría que vive en Europa. Es evidente que este giro a la derecha de Sarkozy envía un aviso, un mensaje negativo a los barrios musulmanes de Europa. Si se avala la expulsión de los gitanos significa que hay una predisposición para avalar otras expulsiones.
-¿Le inquieta?
-Este giro a la derecha se está materializando en toda Europa. Llegan señales muy negativas de otros países. En Suecia, un país socialdemócrata que siempre tuvo una política de asilo muy liberal, la ultraderecha se acaba de hacer sitio en el Parlamento.
-¿A qué se debe?
-Seguramente, la crisis económica no facilita una postura de encuentro. El inmigrante musulmán se ha convertido en un espantapájaros, un modo de diversión que ayuda a desviar la atención de problemas concretos y a exagerarlos. Occidente tiene una gran sensación de inseguridad.
-¿Las heridas del 11-S?
-A Oriente le obsesiona la mirada de Occidente desde siempre y a Occidente le desconcierta Oriente. Desde hace 14 siglos, Europa se ha definido a través de su diferencia más próxima, por su oposición al islam. Los atentados del 11-S o de Londres fortalecieron la cultura del miedo.
-¿Estamos muy lejos?
-Cuanto más negativa es la mirada europea, más rechazo genera entre los musulmanes. Cuando yo daba clase hace 30 años, solo dos de cada 100 mujeres llevaban velo. Ahora es al revés. El velo no es un elemento fundamental de la vivencia religiosa sino un acto de reafirmación de la identidad en tiempo de prejuicios. Todavía vamos a vivir una decena de años muy difíciles.
EVA MELÚS, BARCELONA
Martes, 21 de septiembre del 2010
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